El ayuno, una práctica ancestral que ha resistido el paso del tiempo, ha demostrado tener beneficios significativos para nuestra salud física y mental. A lo largo de la historia, tanto humanos como otros mamíferos depredadores han experimentado los efectos positivos del ayuno en varios niveles. Veamos cómo esta antigua práctica puede beneficiar a nuestros órganos, células y cómo la frecuencia adecuada puede contribuir a una vida más saludable.
Existe una variada y extensa literatura y opiniones sobre los beneficios y cualidades que el ayuno tiene en nuestro cuerpo. Lo cierto es que a lo largo de la historia del hombre el ayuno ha estado presente en su vida. Y no solo el hombre se ha visto en la necesidad o decisión consciente de ayunar en momentos determinados. Otras especies de animales, bien sea por las condiciones de su entorno o por un comportamiento heredado de sus antecesores, han ayunado en el pasado, lo hacen el el presente y seguirán haciéndolo en el futuro.
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Pero ¿es realmente beneficioso para nuestro cuerpo realizar ayuno con frecuencia?
Para poder responder a esto, y puesto que no existe gran evidencia científica que lo valide con total certeza, debemos empezar por entender y comprender algunas cuestiones relacionadas con otro tipo de datos diferentes a las respuestas y/o recomendaciones que suele dar la medicina moderna como es la idea de realizar de 3 a 5 comidas diarias.
Datos como, por ejemplo, los que la propia antropología nos puede mostrar a la lo largo de la historia y evolución del ser humano. Es sabido, que nuestros antecesores eran cazadores-recolectores. Al menos, esa es la premisa. Y dada dicha premisa, en las sociedades antiguas era habitual pasar ciertos periodos (más o menos largos) sin ingesta de alimentos dado que el éxito en la caza no siempre se producía a voluntad del cazador o conseguían recolectar aquello que podían utilizar como alimento.
En cualquier caso, observemos al resto de mamíferos como comentamos en el primer párrafo. Los grandes depredadores suelen realizar ingestas copiosas después de haber dado caza exitosa a sus presas y pasan largos periodos en los que, bien sea por la digestión y asimilación de los nutrientes o por los infructuosos resultados en una nueva caza, se ven obligados a ayunar.
Los grandes depredadores entre los que podemos incluir, sin duda, al hombre, a lo largo de la historia han "practicado el ayuno" en alguna forma. Es por eso que podemos deducir que genéticamente los mamíferos están diseñados para soportar estos periodos de ayuno. Aunque debemos tener en cuenta que con el paso del tiempo y el cambio en la sociedad eso ha cambiado ligeramente.
Entonces, ¿es mejor pocas comidas y ayunos que tres o cinco comidas diarias?
Ante esta duda se genera un amplio debate con opiniones muy diversas y contrarias. No podemos olvidar que los intereses económicos suelen ser poderosas fuerzas para realizar cambios y en muchos casos alejarnos de nuestro vínculo natural con el resto de seres vivos.
podemos arrojar una Entonces surge una nueva duda --> intereses de la industria alimentaria (mayor consumo), industria farmaceutica (dependientes de fármacos para "reparar" los efectos colaterales de tanto consumo)
- picos de insulina --> relacionado con procesos oxidativos
El ayuno
Debemos hacerlo de forma controlada y acorde a nuestro estado de salud. Cabe mencionar que cuando existen patologías, una salud deficiente o el cuerpo sufre de ciertas deficiencias nutricionales, ayunar se puede convertir en un riesgo más que en una serie de beneficios.
Beneficios
Ayuno y órganos: Un impacto positivo
Desde una perspectiva histórica, nuestros antepasados cazadores y recolectores a menudo experimentaban periodos de escasez de alimentos. El cuerpo humano, adaptándose a esta realidad, desarrolló la capacidad de utilizar eficientemente los recursos almacenados durante los periodos de ayuno.
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El Sistema Digestivo: Durante el ayuno, el sistema digestivo descansa, permitiendo que los órganos asociados, como el hígado y el páncreas, se regeneren y reparen. Esto puede contribuir a una mejor digestión cuando se reanuda la alimentación.
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El Cerebro: El ayuno también ha demostrado tener efectos positivos en la función cerebral. La liberación de BDNF (Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro) se incrementa, promoviendo el crecimiento de nuevas neuronas y mejorando la salud cerebral.
Desafiando la senescencia
- Senescencia Celular: La senescencia celular, un proceso en el que las células dejan de dividirse, es un factor en el envejecimiento. El ayuno intermitente ha demostrado reducir la senescencia celular, lo que potencialmente contribuye a una vida más larga y saludable.
La expresión "Estimula el BDNF" se refiere a la capacidad del ayuno para aumentar la producción de BDNF, que significa "Brain-Derived Neurotrophic Factor" o Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro en español. El BDNF es una proteína clave en el cerebro que desempeña un papel fundamental en el crecimiento, desarrollo y mantenimiento de las neuronas.
Cuando se dice que el ayuno estimula el BDNF, significa que durante los períodos de ayuno, el cuerpo puede experimentar un aumento en la producción de esta proteína. El BDNF está asociado con varios beneficios para la salud cerebral, incluyendo:
Crecimiento de nuevas neuronas: El BDNF promueve la neurogénesis, que es la formación de nuevas neuronas en el cerebro. Este proceso es esencial para el aprendizaje, la memoria y la plasticidad cerebral.
Protección neuronal: El BDNF ayuda a proteger las neuronas existentes y a mantener su salud. También puede desempeñar un papel en la resistencia contra el daño neuronal.
Mejora del ánimo: Se ha sugerido que el BDNF está vinculado con la regulación del estado de ánimo y puede desempeñar un papel en la prevención de trastornos del estado de ánimo, como la depresión.
Frecuencia ideal
Sintonizando con nuestro pasado evolutivo
Desde una perspectiva antropológica, nuestros antepasados no siempre tenían acceso constante a alimentos, lo que los llevaba a ayunar de manera natural. Esta adaptación evolutiva sugiere que el cuerpo humano está diseñado para beneficiarse de períodos intermitentes de ayuno.
- Ayuno Intermitente: Adoptar patrones de ayuno intermitente, como el ayuno de 16/8 (16 horas de ayuno y 8 horas de alimentación), refleja los ciclos naturales de alimentación y ayuno a los que nuestros cuerpos están acostumbrados.
Perspectiva histórica: La relación entre ayuno y supervivencia
a. Cazadores y Recolectores: Durante los períodos de caza infructuosa o escasez de alimentos, nuestros antepasados dependían de la capacidad de su cuerpo para funcionar eficientemente sin alimentos constantes. Esta adaptación contribuía a su supervivencia en entornos a menudo hostiles.
Conclusión
Redescubriendo un vínculo perdido con nuestra historia evolutiva
En resumen, el ayuno, desde una perspectiva antropológica e histórica, se revela como una práctica intrínseca a nuestra evolución. Al comprender los beneficios que aporta a nuestros órganos, a nivel celular y su frecuencia ideal, podemos incorporar conscientemente el ayuno en nuestra vida moderna para mejorar nuestra salud y bienestar.
Recuerda siempre consultar con un profesional de la salud antes de realizar cambios significativos en tu dieta o rutina de ayuno.